Siempre he mantenido que los humanos tenemos dos baterías, a corto y a largo plazo, a corto plazo es aquella que puedes recuperar con un día de calma y sopita de sobre, esa barra de ron que se rellena con un baño en la playa, o con una placida siesta.
La batería a largo plazo es aquella que por mucho que descanses no se vuelve a recuperar, es vital, es decir naces con ella, y cada palo al corazón hace que disminuya un poco mas. No se recarga porque los males que hacen que se gaste no los olvidas, no te los puede quitar de la mente, y sientes esa cicatriz que aunque no se vea es de las que mas duelen cuando te miras al espejo, me refiero a las heridas del alma.
Si me preguntas como tengo mi batería a corto plazo, después de las fiestas la tengo bajo mínimo, pero estoy contento, eso me sienta bien, saber que tengo que estar en el dique seco (del ron) una buena temporada.
La otra es la jodida, la que no tiene recarga. Cuando escribo, cuando escucho, y cuando bebo varia su amplitud, aunque siempre pienso que cada gota que se desgasta es algo mas que aprendí en la vida; difícil eso de que todos aprendemos a palos, ya podría ser al revés, tener la barra bajo mínimos e ir incrementándola con experiencias vitales; pero no, aquí las experiencias vitales te desgastan, y cuando ya lo sepas todo es cuando tu batería a largo se va al garete, y ya no existe tiempo para mas.
Pero para eso nos parieron en este mundo, para aprender, y porque cada minuto de sufrimiento que acorta tu vida significa una hora de alegría en la vida que te resta.
Gasta tu batería, vive, equivocate, recorre mal el camino elegido, y cuando sientas el dolor de haber errado, piensa , ¿joder, porque no la habría cagado antes?.
Dedicado a toda esa gente que esta ahí fuera buscando la felicidad en vez de esperar que esta llame a su puerta sin preguntar.
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