martes, 15 de noviembre de 2011

Mi mente odia el mar en calma....


Hace tiempo que no escribo en el blog,  no penséis que no me acuerdo de él, cada día medito el tener que volver aquí a dejar mis sensaciones.

Hoy se levantaba un día de niebla en Sevilla, de esas que te hacen pensar un poco más de la cuenta y que te sientas reflexivo, cuando desde Londres un buen amigo me ha leído el pensamiento y me ha incitado a volver a escribir.

No crean, no es fácil mantener un blog en el que no hablo directamente de política, deporte, sociedad… y si de cosas en las que nadie se para a pensar, y cuando recapacitas se convierten en detalles que marcan toda una vida.

Esto de escribir sobre nada es así, o sale o no sale, y para que fluya está claro que hay que dedicarse menos a hablar y mas a sentir (siento copiártelo hermano). Normalmente cuando todo va bien es cuando menos se siente, nos dedicamos a dar sabios consejos que a nadie le importa o son estúpidos, y digo estúpidos porque cuando se está arriba nos creemos nuestra verdad y no vemos lo que los demás necesitan.

Por eso hoy que sigo arriba necesito a algún/a demente que me baje al sucio barro de las crisis y su motivos, me siento vacio sin nada especial en que pensar,  no me siento especial sin sentir un poco de soledad, sin pensar cosas en que nadie se para.

 Que ocurre en una playa desierta en pleno enero en una tormenta de madrugada, ¿esas olas hacen ruido o si nadie las escucha ni ve no existen?, siempre pienso eso en noches de oscuras y creo que si se ven, porque me siento dentro, luchando con el mar y con la lluvia que arrecia cuando algo no deja en paz a mi mente, a veces odio estar en este día eternamente soleado de mar en calma, llamarme majara, pero para eso vine.

 Ayer, hoy y siempre, majaras de la cabeza......

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