miércoles, 26 de octubre de 2011

Ya lo creo….


Mi palabras se pintan aquí otra vez, plano y frio sobre 13.50; siempre he dicho que el estomago vacio no me deja pensar, siempre un poco mas depresivo antes de la hora del desayuno o el almuerzo que después de llenar la barriga, que duro tiene que ser para esa gente sin esperanza que no tiene que llevarse nada a la boca y pasan necesidad.

Tenía pensado esto, y ahora que estoy en barbecho tital, como diría mi hermano, aprovecho para hacerlo. Quería escribir una entrada que no tratara de ningún tema y fuese interesante, creo que la esencia de lo bueno esta en las situaciones no vinculadas a nada, pero  que dejan ese sabor inolvidable de saber que el tiempo que ha transcurrido ha merecido la pena.

Me refiero a esa cerveza que tomas con un viejo amigo el cual te encuentras sin haber quedado y se convierte en el mejor momento del día sin saber que pasaría, a esa canción que te encanta aunque la letra no te sirva de inspiración, a esa comida en casa a la que sigue una buena sobremesa sentado al calor de la mesa camilla sin pensar en nada, o a esa conversación con esa persona que tanto hace que no hablas y de casualidad se pone en contacto contigo, y que te llena más que cien mil palabras.

Sigue soplando frio aire desde la ventana de mi despacho, suena el ruido de la impresora, vistas a los tejados de los bloques del barrio  y en mis cascos suena mi artista favorito. A veces pienso que no pensar en nada es la mejor de las terapias, así que supongo que no hablar sobre nada y escribir puede ser una buena actividad…

Ya lo creo….

No hay comentarios:

Publicar un comentario